Avanzando en el enigma de los ruidos irracionales desagradables



Hay sonidos que, sin ningún motivo racional aparente, les resultan particularmente desagradables a bastantes personas, como por ejemplo el chirrido de una tiza siendo restregada con excesiva fuerza sobre una pizarra, o el de un cuchillo siendo usado para intentar serrar con él una botella de cristal.

Las razones exactas de por qué resultan tan desagradables esos ruidos siguen sin ser conocidas, pero un nuevo estudio revela algunas peculiaridades sobre esos ruidos y sobre su percepción por la corteza auditiva del cerebro, que podrían poner a los psicólogos sobre la pista definitiva hacia una explicación completa.

Se ha desvelado una interacción entre la región cerebral que procesa el sonido (la corteza auditiva), y la amígdala, activa en el procesamiento de emociones negativas cuando oímos sonidos desagradables.

Cuando las personas sensibles escuchan uno de esos ruidos que tan desagradables les resultan, la amígdala modula la respuesta de la corteza auditiva intensificando la actividad y provocando una reacción negativa en el individuo.


Más información en: NCYT

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