De políticos y de locos



No poseemos pruebas médicas de que nuestros dirigentes están locos. La cuestión es, ¿estaríamos mejor si realmente lo fueran?

Según un libro publicado recientemente por un eminente psiquiatra estadounidense la respuesta es que sí.

En su libro First rate madness (Locura de primera), Nassir Ghaemi investiga las personalidades de Abraham Lincoln, Franklin D. Roosevelt, Winston Churchill y otra media docena de grandes líderes todos los cuales sufrieron trastornos mentales. Su hipótesis: que las depresiones o los ataques maniáticos o los trastornos bipolares que padecieron les dieron la fuerza y la lucidez necesaria para salir adelante en tiempos de crisis. “Los mejores líderes en una crisis o son enfermos mentales o mentalmente anormales; los peores en una crisis son los que gozan de mentes sanas”, escribe Ghaemi, profesor de Psiquiatría en la Universidad de Tufts (Boston).

Ghaemi lo explica de la siguiente manera: la depresión hace que los dirigentes sean más realistas y tengan más empatía; la manía les hace más creativos y más resistentes. De los personajes que investiga el psiquiatra estadounidense en su libro ninguno padeció más episodios de depresión severa que Winston Churchill, que a su vez —especialmente durante la Segunda Guerra Mundial— exhibió repetidamente conductas maníacas.



Más información en: EL PAÍS

Comentarios

Entradas populares