Discuta, por favor

Para vivir en sociedad se necesita consenso, pero no deberíamos abstenernos de discrepar por miedo a ofender o a ser rechazados. A veces caemos en la autocensura: renunciamos a decir lo que los demás no quieren oír, porque nos reconforta sentir que remamos en la misma dirección que todos. Al fin y al cabo, casi nadie desea que los otros lo perciban como la nota discordante. Pero sin disensión llegaríamos a un punto de estancamiento. Galileo contradijo a la Iglesia al defender que la Tierra giraba alrededor del sol. Las sufragistas conquistaron el voto de la mujer en una sociedad machista y patriarcal. Marcel Duchamp convirtió un urinario en una de las obras de arte más significativas del siglo XX. (Leer más en: El País).

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