Hay que dejar ir lo que te duele aunque te duela dejarlo ir
El tiempo me ha hecho entender que dejar ir no es darse por vencido, que no es un acto de debilidad, sino de fortaleza y crecimiento porque aunque me duela dejarte ir, comprendo que hay cosas que no pueden ser. A lo largo de nuestro sendero vital hemos dejado muchas cosas atrás, nos hemos desprendido de escenarios, situaciones, de costumbres e incluso de personas. A día de hoy eres todo lo que dejaste en el ayer para conformar un presente más auténtico, aunque ello haya implicado bastante sufrimiento. (Leer más en: La mente es maravillosa).
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