Las cuatro toxinas que contaminan las relaciones y sus posibles antídotos
En la mayoría de las ocasiones estamos excesivamente pendientes de nosotros mismos y con demasiada frecuencia malinterpretamos las intenciones del resto. Creer que los demás van a actuar como lo haríamos nosotros es una de las mayores fuentes de frustración social, pues las personas, por regla general, van a lo suyo. De hecho, Jesús Matos, psicólogo clínico y director de ' En equilibrio mental' opina que uno de los peores errores que cometemos al relacionarnos con los demás es no empatizar con ellos. «La empatía es la puerta al entendimiento de lo que está sintiendo la otra persona; si conseguimos ponernos en sus zapatos, comprenderemos mejor cómo podemos ayudarle». (Leer más en: ABC).
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