Disforia sensible al rechazo, cuando las críticas y los desaires duelen demasiado

El rechazo no es plato de buen gusto. Los sentimientos que experimentamos cuando nos sentimos rechazados no son agradables. De hecho, se ha apreciado que el rechazo activa las mismas regiones del cerebro que el dolor físico. Sin embargo, algunas personas experimentan una mayor sensibilidad al rechazo que otras. Esas personas pueden percibir un rechazo mucho mayor del que existe realmente y este les genera un nivel de angustia y dolor emocional que llega a ser abrumador y persistente. En esos casos, es posible que se trate de una disforia sensible al rechazo.(Leer más en: Rincón de la psicología).

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