«Yo es que soy muy sincero» como mantra para justificar la impertinencia

Escudarse en la virtud de la franqueza para justificar salidas de tono, críticas negativas no solicitadas e incluso comentarios crueles es un comportamiento muy extendido. Aunque es posible decir la verdad procurando no herir los sentimientos de los demás, encontrar dicho equilibrio parece, para muchas personas, una ardua tarea. Probablemente, todo el mundo recuerde uno o incluso varios nombres propios cuando se habla de ese tipo de persona que dice lo que piensa sin filtro y prestando más bien poca atención a los sentimientos de los demás. (Leer más en: Smoda.El País).


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