¿Realmente es bueno adular a los niños?

Su niño le presenta su última creación artística. Es un dibujo con una figura de largas y delgadas piernas, sin cuerpo ni pelo. Es usted. En la esquina se puede ver algo amarillo que –según le dice- es el Sol y junto a él algunas manchas moradas de pintura. Si usted fuera honesto, le diría que ha visto mejores. Pero el niño está ahí, esperando su reacción. ¿Qué le dice? "¡Qué lindo! Es el mejor dibujo que he visto. Completamente fantástico". Y el niño sonríe orgulloso cuando su obra de arte es fijada al refrigerador, para que toda la familia la vea. Pero, ¿es realmente lo mejor que podría haber dicho? Tendemos a asumir que todos disfrutamos los elogios y que eso nos hace querer hacerlo cada vez mejor. Pero si miramos la evidencia, no es tan cierto. Todo depende de las palabras.

Más información en: BBC Mundo

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