El cuento del granjero chino: ¿Por qué no debemos anticiparnos a las consecuencias?
Un día, el hijo de un viejo granjero dejó, por descuido, la verja del establo abierta. El único caballo que tenían, escapó. Todos los vecinos vinieron a solidarizarse: “¡Qué mala suerte!”
Sin embargo, el anciano no se inmutó, solo dijo: “Puede ser, puede ser”.
Al día siguiente, el caballo volvió al establo y trajo consigo otros diez caballos salvajes que le siguieron desde las montañas. Ahora el granjero tenía once caballos y se había convertido en el hombre más rico del pueblo. Todos los vecinos fueron a visitarlo y le dijeron: “Parece que al final fue un golpe de suerte que el caballo se haya escapado”.
El anciano solo les respondió: “Puede ser, puede ser”.
Leer más en: Rincón de la psicología
Comentarios
Publicar un comentario