El karma 'existe': ser un borde se vuelve en su contra

Todos los insultos y borderías que salen por nuestra boca acaban encontrando el camino de vuelta, haciendo estragos en nuestro equilibrio emocional. Como una especie de boomerang que nos devuelve el modo en que nos comportamos con los demás, una conducta faltona, grosera y maleducada nunca queda en agua de borrajas. Esta situación, que todos hemos vivido en nuestras propias carnes en más de una ocasión, ha sido objeto de estudio por parte de un grupo de investigadores de la Universidad de Tel Aviv (Israel). (Leer más en: El País).

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