El Efecto Lucifer o el por qué podemos cometer actos malvados
El efecto Lucifer puede darse en cualquiera de nuestros contextos más cotidianos. Hace referencia a un proceso de trasformación. Gracias a él, una persona aparentemente normal, buena e integrada es capaz de cometer actos atroces. Son casos, donde lejos de existir un trastorno o un pasado traumático, lo que hay en realidad es la influencia poderosa de un factor situacional capaz de deshumanizarnos. Todo buen criminólogo, con conocimientos de sociología, nos dirá que la maldad no es una especie de “entelequia” o de verdad universal que existe como mero antagonismo de la “bondad”. El mal parte de un contexto, de una situación social y de una serie de mecanismos psicológicos relacionados con el momento puntual que estamos viviendo. (Leer más en: La mente es maravillosa).
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