Humildad intelectual: La clave para desarrollar una mentalidad abierta
Benjamin Franklin sabía que era inteligente, más inteligente que la mayoría de las personas que lo rodeaban, pero también era lo suficientemente inteligente como para comprender que no podía estar en lo cierto en todo. Por eso, se cuenta que cuando estaba a punto de empezar una discusión, decía: “Quizá me equivoque, pero…” Esta simple frase tranquilizaba a las personas y las predisponía positivamente a escuchar su mensaje y mostrarse más abiertas a los desacuerdos, tomándoselos como algo menos personal. No obstante, la frase tenía un doble impacto porque también ayudaba a Benjamin Franklin a prepararse psicológicamente para escuchar nuevas ideas, a veces completamente diferentes a la suya. (Leer más en: Rincón de la psicología).
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