La grosería es tan contagiosa como la gripe, según la ciencia
Vivimos en tiempos difíciles. Tiempos en los que es fácil perder la calma – y la compostura – dejando que la hostilidad y la grosería campen a sus anchas. Tiempos en los que los insultos se han convertido en el pan cotidiano, en todas las esferas y en todos los sitios, transformando el desdén y la mala educación en una presencia perenne que muchos han aceptado – de mejor o peor gana – en sus vidas. Tiempos en los que hemos olvidado las sabias palabras del filósofo Eric Hoffer: «la grosería es una débil imitación de la fuerza". (Leer más en: Rincón de la psicología).
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