La comida, un escape emocional durante el confinamiento
Las emociones no solo se sienten, también se comen. En un contexto tan inusual como el que estamos viviendo, la alimentación es una de las áreas que más pueden verse afectadas, hasta el punto de servir en muchos casos como un auténtico escape emocional. El confinamiento actúa como un detonante de la ansiedad y esto altera de diversas maneras nuestros patrones alimenticios. Comer es algo más que saciarnos. Es mucho más incluso que pensar en obtener nutrientes y dar energía a nuestro organismo. (Leer más en: La mente es maravillosa).
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