Ni hibernación ni pausa, la vida sigue – lo queramos o no

Cerrar los ojos y abrirlos cuando todo haya pasado. Como si fuera un mal sueño que dejamos rápidamente atrás. Sacudirnos la modorra para volver a esa normalidad que nos arrebataron demasiado rápido como para que pudiéramos darnos cuenta. Es una idea tentadora. Y todas las ideas tentadoras se convierten rápidamente en ideas susceptibles de ser vendidas. Por eso no es extraño que la palabra «hibernar» y sinónimos como «pausa» ganen cada vez más protagonismo en discursos institucionales y titulares. Hibernar… Dícese del estado de letargo profundo en el que funcionamos al mínimo para recuperarnos cuando los tiempos sean más propicios. (Leer más en: Rincón de la psicología).

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