Comunicación no verbal y supervivencia, un terrible experimento

Federico II Hohenstaufen (1194-1250), emperador del Sacro Imperio Romano Germánico y nieto del famoso Federico II Barbarroja, fue llamado en su tiempo «stupor mundi» (estupor o pasmo del mundo) por sus raras, profundas y excéntricas cualidades que escandalizaban a su entorno. Este personaje fue extremadamente inteligente, hablaba nueve lenguas y escribía en siete. Sus conocimientos abarcaban la filosofía, la astronomía, las matemáticas, la medicina y las ciencias naturales. Le obsesionaba saber y determinar si existía una ‘lengua natural’, es decir, una lengua adámica, una lengua connatural al mismo hombre y que de algún modo fue utilizada, en el primigenio estado, para dar cumplimiento al mandato divino de ‘dar nombre a todas las cosas’. (Leer más en: blogs.20minutos).

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