Ciberadictos
Las elucubraciones sobre los efectos nocivos de Internet en el cerebro son tan viejas como la Red. Pero la idea de que una tecnología por sí sola pudiera influir en lo que pensamos y sentimos se consideraba ingenua e indemostrable. Ahora, sin embargo, se acumulan las pruebas de que sí es posible. Y es peor de lo que se pensaba. Nuevas investigaciones muestran que la obsesión por estar conectados a través de los dispositivos móviles nos vuelve más ansiosos, depresivos y hasta psicóticos.
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