Crecer en la adversidad
Entre el 30% y el 70% de las personas que han pasado por una situación vital adversa o han sufrido un acontecimiento traumático manifiestan que han salido fortalecidos tras superar estas dificultades y que, en algún sentido, la experiencia les ha hecho crecer. Por paradójico y contraintuitivo que pueda parecer, las vivencias que tienen un mayor potencial destructivo son también aquellas que pueden activar en el ser humano su potencial positivo con mayor intensidad. Como expresa el dicho popular, “aquello que no te mata, te hace más fuerte”.
Un artículo de Stephen Joseph (2012), aparecido en The Psychologist, nos invita a reflexionar desde una nueva perspectiva sobre el tema del crecimiento post-traumático. Con base en la psicología positiva, su enfoque asume que la gente tiene una capacidad innata para saber lo que es importante para ellos y lo que es esencial para una vida satisfactoria, y que nos hallamos intrínsecamente motivados para movernos en la dirección del crecimiento (Joseph, 2009). Así, incluso en las situaciones más complicadas, nuestro “instinto” sería el de salir adelante. Ahora bien, el proceso de afrontar la adversidad puede requerir la realización de algunos “ajustes” en la forma de entender y dar sentido a los eventos ocurridos; y también, en función de la intensidad del desafío, puede favorecer una verdadera transformación de la persona.
Más informaación en: PSY'N'THESIS
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