La intensidad del síndrome postvacacional depende del nivel de satisfacción vital


Cada año se produce un aumento de casos de síndrome postvacacional al final del verano coincidiendo con el fin de las vacaciones de la mayoría de los ciudadanos, y su intensidad es un medidor que puede revelar y poner a prueba la satisfacción individual de cada individuo. Así lo reconoce el vicepresidente de la Asociación Española de Psiquiatría Privada (ASEPP), José Antonio López, que cree que cada vez son más los españoles que "pagan a la vuelta de las vacaciones el precio de la cada vez más agresiva civilización que estamos construyendo". Los síntomas más frecuentes son irritabilidad, dificultad a la hora de concebir el sueño, cansancio o una sensación de profunda apatía y tristeza, indica el experto, y suelen durar entre siete y diez días. 

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