Cuando los sonidos triviales provocan ansiedad e ira
La misofonia es el odio a sonidos específicos como por ejemplo: mascar un chicle, masticar comida con la boca abierta o cerrada, serpentear los labios, morderse las uñas, algunos de los sonidos que se emiten al hablar, la respiración, clicar un boli, el golpeteo de un lápiz, ruidos nasales, carraspeo, succión de alimentos o bebidas, olfateo, la risa de los niños, el canto de los pájaros, ladridos y taconeos, entre otros. El doctor David Ezpeleta, neurólogo en el Hospital Universitario Quirónsalud Madrid, miembro activo de la Sociedad Española de Neurología (SEN), la define como "una reacción exagerada a sonidos muy específicos dentro de un contexto cotidiano y normal".
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