Tengo problemas con todos, ¿el problema soy yo?
Lo notamos. Hay días que nos levantamos con un mal humor, con el pie cambiado o el genio mal puesto. Es un día en el que habrá problemas. Se trata de una especie de zumbido molesto que no hay manera de sacudirnos por mucho que nos liemos a pegar manotazos a nuestro alrededor, como cuando éramos pequeños y con los ojos vendados intentábamos acertar con la piñata. Lo malo es que no siempre avisamos de que vamos con el palo cargado y los demás, que se acercan confiados, se pueden llevar un buen golpe.
Más información en: La mente es maravillosa
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