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Oráculo de Delfos |
Vivimos tan pendientes de nosotros mismos que nos olvidamos de vivir. Estamos metidos de lleno en la era del autoconocimiento, de la dedicación a uno mismo, y hemos caído en la trampa. Cuando los ciudadanos de la antigua Grecia acudían a consultar el oráculo al templo de Delfos, se encontraban con una frase en el frontispicio que decía: “Conócete a ti mismo”. ¿Qué es lo que quería decir? ¿Acaso se exigía a sus visitantes un examen pormenorizado sobre sus defectos y virtudes? Por supuesto que no.
Más bien se trataba de un imperativo de prudencia, una exhortación a ser mesurados a la hora de pedir al oráculo. Había que tener cuidado con las grandes expectativas y esperanzas, con los deseos de sanación, con esperar una excesiva generosidad.
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El País
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