Hay madres que pretenden que sus hijas sean pequeñas eternamente

Los procesos de separación entre madres e hijas están influenciados de una manera muy negativa por la cultura patriarcal. Es como si la influencia de dicha cultura incentivara que toda mujer albergase un deseo, el que alguna vez su madre le dijera algo así como: “Vete. Extiende tus alas y aprende a ser tú misma”. Pero, frente a lo común del deseo, este rara vez se cumple: especialmente en sociedades machistas como las nuestras. Lo más frecuente es todo lo contrario.

Lejos de permitir que sus hijas piensen y vivan por cuenta propia, muchas madres lo que buscan es retenerlas y conservar el control sobre ellas. Suelen victimizarse y/o infundir miedo. (Leer más en: La mente es maravillosa).

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