La suerte existe para los que la aprovechan
Muchos de nosotros hemos exclamado alguna vez aquello de “Vaya suerte la mía”. Posiblemente, nadie objetivamente os podría quitar la razón: un sinfín de circunstancias adversas que parecen no tener fin se condensan en el mismo espacio de tiempo, ensañándose con la misma persona (en este caso nosotros), y además intoxicando varias facetas de nuestra vida. Podemos llamar a estas temporadas de adversidad “malas rachas” o “tiempos para olvidar”. En algunas personas se presentan frecuentemente y en otras parece que estas malas rachas se transforman en algo más que temporal, se instalan de forma duradera y contra la voluntad de la persona que lo sufre. (Leer más en: La mente es maravillosa).
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