El vínculo patológico

Somos mamíferos sociales y, como tales, la figura más determinante en la génesis de nuestro psiquismo es, y sólo puede ser, la madre. Naturalmente, hay posteriormente en nuestra biografía muchas otras influencias (el padre, otros parientes, la escuela, la sociedad, la pareja, la salud, el trabajo). Pero las capas más hondas de nuestra personalidad, nuestra actitud ante la vida, el modo de afrontar nuestros éxitos y fracasos, etc., dependen enormemente del tipo de relación que existió en nuestra infancia -o sigue existiendo hoy- entre nuestra madre y nosotros. Este vínculo madre-hijo/a no sólo debió ser sano, sino también transitorio. Es decir, lo mismo que hay un destete físico, también debe haber, más adelante, un destete psíquico de la madre. (Leer más en: Psicodinámica JLC).

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