Cómo detectar a un pelota

Decía el pensador François de La Rochefoucauld que “la adulación es una moneda falsa que tiene curso gracias solo a nuestra vanidad”. Tres siglos y medio después, la cosa no ha cambiado en lo esencial. A los aduladores hoy en día los llaman pelotas, pero para que su estrategia funcione necesitan al otro lado a un jefe inseguro que requiera los halagos para autoafirmarse. Y, al parecer, son mayoría. Según un estudio impulsado por una escuela de negocios de la Universidad de Georgetown, en las grandes corporaciones, el 92% de los empleados que son ascendidos lo logran con ayuda del favoritismo de algún superior. Por lo tanto, si aspiran a ocupar puestos de más responsabilidad, los ambiciosos tienen razones para hacer la pelota, pese a que ser un trepa también entraña peligros... (Leer más en: El País).

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