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Epicteto de Frigia |
Séneca contó que un día, mientras Catón visitaba los baños públicos, le empujaron y golpearon. Cuando interrumpieron la pelea, se negó a aceptar una disculpa del agresor diciendo: “Ni siquiera recuerdo haber sido golpeado”. Aunque su comportamiento puede parecernos extraño, Catón simplemente decidió no aferrarse a lo sucedido. No se quedó atascado en la humillación, la frustración o la ira, sino que pasó página rápidamente. Eligió actuar en vez de limitarse a reaccionar. Eligió retomar el control de la situación y responder de manera más madura. Eligió ser fiel a los principios del estoicismo, que nos enseñan cómo responder a un insulto inteligentemente. (Leer más en:
Rincón de la psicología).
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