¿Por qué a algunas personas les gusta hacerse las víctimas?

Las personas que sufren porque la vida les golpea requieren todo el respeto y el espacio para elaborar su sufrimiento. Hablar de una situación traumática con otro ser humano que escucha compasivo hace que el dolor se encoja hasta que, poco a poco, se convierte en una cicatriz indeleble en el corazón que permite proseguir la vida, aunque ésta sea diferente a la prevista antes del daño. Curiosamente, esas personas de las que brota un sufrimiento auténtico tienden a quejarse poco -incluso se refugian en el silencio- e intentan remontar amparados en la enorme capacidad de recuperación del ser humano. (Leer más en: El Mundo).

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