¿Por qué somos más agradables con los extraños que con las personas que amamos?

Se trata de una situación bastante común en la que prácticamente todos hemos incurrido más de una vez: somos más agradables con los extraños que con las personas que más amamos. Nos resulta más fácil darle una negativa a alguien cercano que a una persona prácticamente desconocida, nos enfadamos más con quienes amamos que con el resto y perdemos más rápido la paciencia. ¿Por qué?Las razones que nos llevan a ser más agradables con los desconocidos que con las personas que amamos son varias, en la mayoría de los casos se superponen, llegando a formar un cóctel peligroso que, si no detectamos y controlamos a tiempo, puede dinamitar nuestras relaciones desde dentro.

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