El cerebro se adapta a mentir

No es difícil pensar en alguien que haya terminado en una red de mentiras. Los ejemplos están allá donde mires: política, fraude financiero, pareja, etc. En muchos casos, las mentiras empiezan siendo pequeñas pero se convierten en una espiral de la cual es difícil escapar. La gente miente en un 25% de sus interacciones sociales aproximadamente. Sobre las razones, unos lo hacen para evitar el castigo, como Correa o Bárcenas. Pueden ser para obtener ventajas de cualquier tipo como hicieron con los ERE en Andalucía y también los que lo hacen para no dañar los sentimientos de otros, como hizo Bill Clinton al principio, negando su relación sexual con la famosa becaria. Finalmente, están los que mienten con el fin de aparentar lo que no son, como le ocurre al pequeño Nicolás.(Leer más en: El Mundo).

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