¿Mala suerte? No, gracias.

¡Qué mala suerte!  ¿En cuántas ocasiones te has dicho esta frase  últimamente? ¿Después de esforzarte al máximo para alcanzar algún objetivo, algo sucede y no logras tener el éxito que buscabas? ¡Calma! Es algo que nos ha pasado a todos y que, muy probablemente, nos seguirá pasando. Sin embargo, este pensamiento, es decir, creer que existe la buena y la mala suerte nos hace asumir el papel de víctimas y, sin duda alguna, este rol no nos conducirá al éxito. El éxito o fracaso que podamos o no tener, y de la actitud que tomemos con respecto a unos resultados concretos, se atribuye a lo que los psicólogos llamamos locus (o lugar) de control. (Leer más en: Tu rincón de psicología).

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