No conviertas en un problema a personas que no merecen serlo
Si quieres vivir de manera equilibrada, tienes que ver la vida de manera equilibrada. Decirlo es fácil, aplicarlo es complicado, sobre todo porque somos especialistas creando tormentas en un vaso de agua. Por eso, en más de una ocasión dejamos que personas que no merecen un lugar significativo en nuestras vidas, terminen convirtiéndose en un problema. Hay personas que se empeñan en ponernos la zancadilla y hacer que nuestra vida sea un poco -o mucho- más difícil. Pueden hacerlo a través del chantaje emocional, el engaño o incluso la prepotencia intelectual. Sin embargo, cada vez que dejamos que un compañero de trabajo malintencionado, una ex pareja resentida, un vecino poco cívico o un mal amigo se convierta en nuestro problema, estamos cayendo en su tela de araña y nos convertimos en su víctima. (Leer más en: Rincón de psicología).
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