Para ser feliz, hay que aprender a ignorar

En algunos casos, alejarnos de las personas conflictivas no es una cuestión de comodidad, sino de equilibrio mental. Es cierto que no existen personas enteramente “malas” ni completamente “buenas”. Pensar asi sería extremadamente reduccionista. No obstante, existen personas cuya forma de ser y comportarse simplemente no se complementa con la nuestra y mantener una relación estrecha con ellas solo puede hacernos daño porque sus actitudes nos desequilibran, bloquean o nos impiden realizarnos plenamente como personas. (Leer más en: Rincón de la psicología).

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