La impulsividad tiende al altruismo y la reflexión al egoísmo
Al contrario de lo que cabría pensar, el comportamiento cooperativo (actuar en beneficio de otros a costa de uno mismo) desempeña una función evolutiva tan poderosa como la lucha egoísta por la supervivencia. El propio Darwin ya apuntó una de las maneras en las que el altruismo podría encajar en la selección natural, al considerar que una tribu cuyos miembros estuviesen dispuestos a «sacrificarse por el bien común» sería superior a las demás. Las conductas altruistas se han documentado en todo tipo de seres vivos, desde los microorganismos hasta los primates. Los humanos, en particular, mostramos una disposición a colaborar más alta que la observada en cualquier otra especie.
Los investigadores observaron que las decisiones altruistas eran las que se tomaba más rápido. No solo eso, sino que el número de reacciones generosas tendía a aumentar cuando a los participantes se les apremiaba a tomar rápidamente una decisión, y viceversa: si se les obligaba a esperar un tiempo determinado (10 segundos) antes de pronunciarse, las reacciones altruistas disminuían.
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