Manipuladores y manipulables



Se ha sentido presionado a realizar algo que no quería? ¿Se ha sentido coaccionado a decir sí cuando en realidad quería decir no? Cuando actuamos bajo la influencia de otro y nos dejamos llevar por opiniones ajenas, no estamos centrados en nuestro poder personal. Para que no nos manipulen, debemos tener claro dónde y cuándo poner límites. Debemos atrevernos a decir no sin miedo al juicio del otro, al fracaso o al rechazo. Mientras tengamos miedo a que nos rechacen, seremos manipulados. Porque esta es precisamente una de las armas del manipulador: “Si no actúas como quiero, no te hablaré más”. El manipulador depende del manipulado y viceversa. Es una relación de pérdida de libertad.



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