La psicología puede ayudar a combatir la hipertensión
Aunque existen intervenciones terapéuticas eficaces para combatir la hipertensión (modificación de los hábitos de alimentación, aumento del ejercicio físico, fármacos antihipertensivos, etc..), la mitad de los pacientes con hipertensión no consiguen alcanzar una presión arterial normal. La psicología puede ayudar a explicar algunos de esos fracasos terapéuticos y a desarrollar terapias que los eviten.
Por un lado, algunos casos de hipertensión arterial pueden estar relacionados con el estrés. Numerosos estudios muestran que el estrés y las respuestas emocionales negativas asociadas a él (ira, ansiedad, depresión), cuando son muy intensas, frecuentes o duraderas, aumentan la presión arterial y los hábitos de riesgo asociados (fumar, inactividad física o alimentación inadecuada) y, con el tiempo, pueden originar hipertensión esencial.
En este sentido, los estudios del equipo de la UCM también demuestran cierta eficacia antihipertensiva de tratamientos psicológicos tales como el entrenamiento en control del estrés basado en el aprendizaje de la relajación muscular progresiva y de ciertas habilidades de solución de problemas sociales, o de un novedoso tratamiento de entrenamiento en respiración lenta guiado por un dispositivo de biorretroalimentación o biofeedback denominado RESPeRATE.
Más información en: SINC
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