Para saber algo de alguien le miramos entre los ojos


La manera más rápida de captar la información que nos interesa sobre una persona es mirar en un punto situado entre los ojos y encima de la nariz.

Una posible razón, explica, es que miremos a los ojos por un tema cultural y de educación. La otra opción es que miremos a los ojos para conocer dónde está fijada la atención de la persona. La hipótesis de Peterson y Eckstein es que durante un periodo de apenas 250 milisegundos el cerebro realiza una sofisticada computación para trazar un movimiento de ojos que le permita obtener la máxima información. Esta información es determinante desde el punto de vista evolutivo, pues nos prepara para una situación de lucha, huida o, quién sabe, apareamiento.

Este tipo de estudios también podría servir en un futuro para encontrar rasgos característicos de la mirada en personas con trastornos como el autismo o la esquizofrenia.


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